Te canto y hago girar un mundo y a ti a la existencia a través de Mi Conciencia de Amor, que es decir Nuestra Unidad. Hablo a todos, no sólo a unos pocos que son estimados. Sólo en el mundo se considera a alguien un corte o dos por encima de cualquier otra persona.

Debes saber que el juicio no es Mi Forma de Pensar. El juicio cansa a todos. Amo y doy la bienvenida a cada uno de Mis hijos. No dejo a nadie afuera. Por lo tanto, nunca estoy cansado.

Hay una vibración que Yo rasgo a través del Universo. Desde Mi Vibración de Amor, o una percepción de Mi Significado te llega, posiblemente una imagen de lo que te canto que puedes escuchar en cualquier momento. No soy filosofía. Soy real. Si hablo o le canto a alguien, es sobre ti que canto.

Escuchar lo que te comunico es un evento natural. No requiere entrenamiento. Si toma algo, toma audacia. Puedes ver el Escucharme como algo lejano. Es posible que nunca lo hayas considerado posible ni mucho menos probable. Una vez más, considera la posibilidad, ya que esta posibilidad es cierta.

He aquí una manera para que comiences, y esto es escribirme a Mí. Sugiero escribirme porque también puedes leer tus palabras. Cuando escribes: Querido Dios, eres tú el que habla y derramas tu corazón hacia Mí. No importa dónde esté tu corazón en este momento. Estés donde estés, lo que sea que pienses de ti o no pienses en ti mismo, te estás acercando a Mí aun cuando esto te parezca imposible o incluso contrario a tu voluntad.

Estás en camino hacia Mí. Puedes eludir la posibilidad, sin embargo, incluso a regañadientes, sólo puedes estarte acercando a Mí. Independientemente de los resentimientos que puedas tener hacia Mí, estás haciendo tu camino hacia Mí.

Ya estoy tan cerca de ti como pueda estarlo. Es para que te acerques a Mí. No estoy perdido. Has sido poco amable, quizás distante, distanciándote de Mí debido a la timidez y las aprensiones no dichas. No quieres ser abrumado. ¡No quieres ser secuestrado! Puedes temer que tu mundo se vuelva loco y que sea demolido.

Puede que te sientas más importante de lo que pareces ahora. Temes soltarte como si te perdieras a ti mismo. No te pierdes a ti mismo. Encontrarás a tu Ser. Esta copia de ti que llevas contigo nunca fue tu identidad. Tu identidad actual es una maqueta, un disfraz que recogiste en la tienda de Buena Voluntad o en el Ejército de Salvación. Incluso puedes haber recogido un disfraz de buen tipo cuando dentro de ti hierves. No hay límites para los disfraces que encuentras.

En términos de Nuestra Comunicación, nada de esto importa. Un disfraz sólo puede ser un disfraz.

Reconoce de una vez por todas, no tienes que ser un santo desde el punto de vista del mundo o desde tu propia visión para Escucharme tan cerca como una campana justo dentro de tu propio corazón y oídos.

Todo el poder que está dentro de Mí está dentro de ti. Eres una Mina de Conciencia Dorada. Puedes ponerte esa máscara y usar un velo de olvido con determinación, pero nunca te olvidaré. Te hago eco hasta el Infinito.

Puede que estés tan atrapado en una telaraña del mundo que te distraes a ti mismo de Mí. Permite la posibilidad de que Yo estoy escuchándote ahora, sí, a ti, ahora mismo. Dondequiera que puedas alcanzar o no alcanzar en el mundo ordinario, Yo estoy disponible para ti. Ni siquiera estoy al otro lado del pasillo.

De todos modos, te sugiero que Me escribas. Puede que te sorprenda lo que dices. Deja que escribir para Mí sea algo que haces todos los días como peinar tu cabello. No esperas milagros cuando peinas tu cabello todos los días.

Al escribirme desde tu corazón, lo que estás haciendo es presentarte a TI mismo.

Nada tiene que resultar de esta escritura. Nada tiene que suceder. No estás haciendo demandas. Simplemente te mantienes en contacto contigo mismo. Es posible que no hayas sabido todo lo que te importa. Ya te conozco. Escribes y te revelas a ti mismo. Sin embargo, te escucharé. Escucho el latido de tu corazón.

Di lo que se te ocurra. Lo que estás haciendo es abrir tu corazón. Estás haciendo girar la llave de tu propio corazón.

Comienza con Querido Dios, y usa un cierre complementario como Con Amor, y, por supuesto, tu nombre. De esta manera, me abrazas y aclaras que eres tú quien me escribe. Te estás escuchando a ti mismo.

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