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Heavenletter #4488 Realidad vs Verdad

Cualesquiera sean las dificultades que puedas encontrar en la vida, se alojan en tu corazón. Lo que tienes que hacer es sacarlas de ahí. Cualesquiera sean las cosas que ocurran en la superficie de la vida, mientras la veas como dificultades, molestarán tu corazón, tu corazón inocente. Así que cuando tu corazón está inmerso en sufrimientos de uno u otro tipo, no importa que tan grandes o pequeños sean, tu corazón carga su peso.

Te das cuenta de que la carga es el resultado de tus pensamientos. La carga no está en la situación, sino en lo que piensas de cada situación. La carga está en lo que tus pensamientos hacen de la situación. Puede parecer que tus pensamientos han entrado sin ser invitados, pero has aventurado algo como esto: “¿qué debo hacer con esto?” Esta pregunta abre la puerta a tu sufrimiento.

La verdadera respuesta es: “no debes hacer nada”.

¿En verdad quieres hacer algo de un objeto pasajero?

Sin embargo, ves las cosas parcialmente. “Esta situación es seria”, dirás. La situación es, de hecho, lo que dices que sea.

¿Y qué si te digo que no tienes que tomarte el sufrimiento para ti mismo? No es divertido, amado. No es necesario ni divertido.

Incluso las llamadas tragedias no tienen que ser vistas como algo tan trágico. Es como si te hubieran dado un libro que seguir. Un libro de sufrimiento. En este libro se enuncian categorías de ofensas y sus respectivas respuestas. Crees que las respuestas aceptables deben ser seguidas al pie de la letra; y así, se ha prescrito tu sufrimiento.

No creas que Yo menosprecio tu dolor emocional. Ni creas que lo ignoro. Tu sufrimiento es real. Ya sea tu pérdida de ingresos o de un ser amado, su impacto en ti es real. No lo has creado; empero, puedes tomarlo como un hecho. Puedes sentir como si todo tu mundo se hubiera derrumbado bajo tus pies. Parece así, pero parecer y ser real, no son la misma cosa. Lo que sea que haya ocurrido, no es el fin del mundo, ni el fin de tu vida. Podría bien ser el fin de tu vida, tal como la conoces. Lo que haya ocurrido también es parte de tu vida. Lo que ocurre en la vida no debe pisotearte. Ni debe atropellarte. Cualquier cosa que haya ocurrido, lo soportarás. Sobrevivirás. Continuarás adelante.

Eres dependiente de tantas cosas porque crees que lo eres. Crees que tienes que serlo. Correlacionas demasiadas cosas. Asumes tu trabajo como toda tu vida. Nombras a tus seres amados como como esenciales para tu bienestar.

Has decidido que algunas cosas no deben ocurrir, aunque sabes bien que en realidad ocurren. Se pierden empleos. Ocurren accidentes. La vida misma en el mundo es perecedera. Siempre ha sido así. Y, aun así, insistes en que sea permanente. Tú permaneces. Tu fuerza vital, si podemos llamarla así, es permanente. El Amor es permanente. Todo lo demás es perecedero. Luchas contra el cambio, un que no se pueda luchar en su contra.

El tiempo sólo existe en el mundo. Vives por él, y aun así protestas contra él. Insistes en que tu vida y los personajes y situaciones de la misma permanezcan iguales; a menos que quieras cambiar algunos aspectos de lo que la vida te presenta.

Querías algo, y no lo conseguiste. Tenías algo, pero te fue quitado, de una forma u otra. No querías algo, pero se presentó en tu vida.

No existen sorpresas en la vida; pero, aun así, te conmocionan. Entonces enjuicias a la vida y la acusas como a un criminal; y tu mente sacrifica tu hermoso corazón, y se declara a si misma justa.

Translated by Jaime