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Heavenletter # 3826 – El Amor y el Ego Hablan Diferentes Idiomas

Acercando la Tierra más al Cielo
17 de Mayo, 2011

El CIELO está aquí para alcanzar a cada alma en la Tierra con el propósito de despertar:
* Nuestra conexión con Dios*
* Nuestra confianza en nosotros mismos *
* Nuestro conocimiento de ser merecedores por igual ante los ojos de Dios.*
* Paz en la Tierra*
Dios siempre nos está acercando a Él.

Dios dijo:
¿Qué los motiva, amados? En la mayor parte, ¿qué es lo que los motiva? ¿El ego o el amor? ¿El miedo o el amor? ¿La ira o el amor? El amor es el amor y, sin embargo, también es sabiduría. ¿Acaso no es sabio amar? El amor es ilimitado. El ego es bastante limitado. Con el ego, ustedes tienen el fuerte deseo de colocarse en la luz brillante. Con el amor, les importa la luz que brilla más allá de su propia esfera. Es curioso; sin el ego, ustedes se aman más y lo que integran como ustedes mismos, tienen un alcance más amplio. Con el amor, ustedes también son todos los demás en el mundo.

Ustedes no son culpables de nada; sin embargo, son responsables.

El sentimiento de culpa es una especie de guiso a punto. El sentido de responsabilidad se levanta y se mueve. La responsabilidad no se chupa el dedo. La diferencia entre el sentimiento de culpa y el sentido de responsabilidad es enorme. Olviden la culpa. Asuman la responsabilidad.

La responsabilidad no se cría, sino toma acción. La responsabilidad no dice: “Debí haber hecho esto. Debí haber hecho aquello”. La responsabilidad se pone de pie y se hace cargo de la situación. La responsabilidad no está a la cabeza ni tampoco detrás. La responsabilidad es ahora mismo.

La responsabilidad no se conduele. La responsabilidad hace algo. La responsabilidad no desaprueba. La responsabilidad dice: “Deja que te ayude. Déjame. Permíteme”. La responsabilidad llena una necesidad. La responsabilidad hace lo que puede y después, sigue adelante. La responsabilidad no busca que se le dé crédito. La responsabilidad no ve hacia adelante ni tampoco hacia atrás. La responsabilidad no dice: “Pude haber hecho más”. La responsabilidad no piensa de esa manera. La responsabilidad no es tanto un pensador como un hacedor. La responsabilidad no medita. La responsabilidad no se sienta en una mecedora. La responsabilidad no se lamenta. La responsabilidad no se prolonga. La responsabilidad es amor.
El ego sostiene una imagen de ustedes. Este quiere adelantar una imagen de ustedes. Los quiere en una mejor pose. Quiere hacer alarde de ustedes. El ego quiere lograr fama y disfrutar de ella.

El amor dice: “Permítanme abrazar. Permítanme dar un paso para mejorar la vida de otro o de muchos otros”. De esta forma, el amor también cuida de ustedes. El amor no dice: “Olvídense de sí mismos”. El amor sabe que, en el servicio, ustedes son servidos. El amor no se sirve a sí mismo y, sin embargo, el amor no se abandona a sí mismo. El amor se nutre a sí mismo, no muere de hambre. El amor los nutre y alimenta al mundo.

Estamos hablando sobre la diferencia del yo y el Ser. Estamos hablando sobre la diferencia de ustedes y Ustedes. Estamos hablando sobre la diferencia entre ignorancia y conocimiento. La ignorancia es muy tonta. El conocimiento es muy astuto.

Ustedes son responsables de sí mismos y de su Ser; sin embargo, la responsabilidad no es egoísta. La responsabilidad avanza. Es como una pala de nieve y recoge al ego en su camino. La responsabilidad no mata al ego, lo deja caer a un lado. La responsabilidad tiene mucho que hacer para desviarse al ego. La responsabilidad no le ofrece disculpas al ego. No le hace nada al ego, sino lo deja. “Ahí tienes, ego”. La responsabilidad ya no puede llevar más al ego. Además, la responsabilidad está llena de amor. No hay lugar para el ego.

La responsabilidad no es modesta. Es ego-modesta. La responsabilidad es como el héroe en una película del Oeste que no dice mucho; sin embargo, viene al rescate cuando se le necesita y después se va en silencio, quizá con un movimiento de su sombrero. La responsabilidad no se pavonea. Cabalga hacia el ocaso y, si acaso dice algo como: “Hasta la vista”.

En cambio, el ego realiza un pequeño baile. No hay nada de malo en ello; sin embargo, baila para sí mismo, pues se siente engrandecido. El ego dice: “Mírenme, muchachos. Mírenme”. Sin embargo, el ego es una humareda.

Traducción: Lourdes Méndez