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Heavenletter # 3813 – Dale Tu Mano a Dios

Acercando la Tierra más al Cielo
4 de Mayo, 2011

El CIELO está aquí para alcanzar a cada alma en la Tierra con el propósito de despertar:
* Nuestra conexión con Dios*
* Nuestra confianza en nosotros mismos *
* Nuestro conocimiento de ser merecedores por igual ante los ojos de Dios.*
* Paz en la Tierra*
Dios siempre nos está acercando a Él.

Dios dijo:
Cualquiera que desea venir a Mí, viene a Mí. ¿Están esperando a que Yo los agarre y huya con ustedes? Esto no es algo inaudito, claro. La situación es que, a menudo, Yo hurto corazones y, sin embargo, les corresponde a ustedes venir por su propia voluntad. Todo lo que tienen que hacer es no resistirse. Vamos. El momento ha llegado. No arrastren sus pies. ¿Qué esperan? Vengan a Mí ahora.

Es fácil. Venir a Mí es mucho más fácil que no hacerlo. Venir a Mí es venir hacia ustedes, más que a todos los falsos ídolos a los que han complacido a lo largo del camino. Ustedes lo saben mejor que ser desviados y, sin embargo, han sido detenidos. El no colocar Dioses ante Mí significa darse cuenta de sí mismos.

Es de sí mismos de quienes ustedes se ocultan. Son tan poderosos y se ocultan del poder que existe en su interior. Huyen de él. Cavan un agujero en alguna parte y toman pocas ganancias. Ustedes, que son la maquinaria del mundo entero, se alimentan de sobrantes de un contenedor de basura, cuando bien podrían ser Reyes. Ustedes son el príncipe y el mendigo, todo en uno, inclinado hacia el lado del mendigo. Hablo de la riqueza espiritual, entienden. Francamente, no hay ninguna otra riqueza que se le aproxime.

No crean que Me opongo a que tengan todo tipo de riqueza. Sólo no hay que confundir un tipo de riqueza con otro, porque se engañan a sí mismos. Ustedes forman grasa en una pierna y no en la otra.

En cualquier caso, esto no es para que les preocupe. Es para que ustedes puedan venir a Mí.

“¿Cómo lo hago?”, se preguntan.

Cómo es que caminan, Yo les pregunto. Un pie tras otro. ¿Cómo es que suben al Cielo? Un pie tras otro. Den un paso en su lugar, amados. Salgan en dirección al Cielo. Escuchen mi llamado. Por aquí, por aquí, Yo les digo, y los tomo de la mano y, sin embargo, ustedes se desvían.

No hay momento en que Yo no les llame. Habrá un momento cuando ustedes escuchen. Escúchenme ahora. Les estoy llamando. No les exijo que Me escuchen. Les invite a que lo hagan. Depende de ustedes el venir voluntariamente. Es posible que parezca que yo los hago volar. Son ustedes los que corren hacia Mí, a toda máquina.

Confíen en sí mismos y vengan a Mí.

Y todavía preguntan: “¿Cómo lo hago?”

Ustedes esperan instrucciones, cuando la verdadera instrucción es venir. En este caso, estoy a su entera disposición. En el preciso instante en el que comiencen a trotar hacia Mí, yo los levanto. Considérenme como un taxi. No Me llamen para que puedan permanecer donde están. Yo los llamo a mi lado y así ustedes suben y pasean Conmigo. Hay espacio para todos. Sin duda hay espacio para todos y, sin duda, hay espacio para ustedes.
Si ustedes dicen que no pueden escucharme, entonces inclinen su cabeza y escuchen con mayor atención. Inclínense en Mi dirección. Aprovéchense de Mí. Vengan caminando. Vengan corriendo, o tropiecen Conmigo en su camino. Tan solo vengan.

De todas maneras, ustedes están en camino. Vienen hacia Mí y Yo voy hacia ustedes. Denme su mano. Yo les doy la Mía.

Es fácil venir a Mí. Es difícil mantenerse alejado. Yo soy el Imán más Grande que existe. Vengan, permítanme halarlos hacia Mí. Denme la señal. Permítanme saber que ustedes desean venir a Mí y que desean hacerlo ahora. Entonces está hecho. Es un paso tan pequeño. Es apenas un paso.

Traducción: Lourdes Méndez