Edición: Anita Manasse – estrellam [at] sion [dot] com

DIOS DIJO:

Ustedes deben saber ahora que no deben dejar que las pequeñas cosas los molesten. Ustedes saben esto, y todavía, una y otra vez, permiten que las pequeñas cosas les molesten. Permiten que la misma pequeña cosita les moleste diez veces al día. Por supuesto, en el momento, no es una pequeña cosa para ustedes. Como sea el evento que se precipita, como sea su apariencia, la delicada pequeña cosa que les molesta es el ego. Su ego no les gustaría admitir esto. Su ego, manifestado o sin manifestar, coloca el estribillo en su mente: "No puedes hacerme esto" o "Ellos no pueden hacerme esto".

Ustedes pueden sentir que es su corazón es el que está herido, pero en vez de esto es su ego el que le da pisotones a su corazón, haciendo esto insignificante para ustedes, mientras jura todo el tiempo que ustedes merecen alabanza y admiración. Su ego dice en frente de su cara que su importancia no es para darle un segundo vistazo. Su ego los acosa verbalmente y se ríe disimuladamente a sus espaldas. Amados, los codazos y burlas vienen de su ego. La efigie de su forjado ego está siendo hecho trizas.

Lamento que alguien lastime sus sentimientos. Lamento que ellos no les valoren más. Si ellos, de hecho, no les valoran, no son acaso bendecidos de saberlo ahora y ¿de no sentirse más obligados? Admitan que no están pensando muy altamente del otro personaje en este momento tampoco. ¿Cuán profundo es su afecto, amados? El frente ha sido afrontado. Ahora ustedes están libres de seguir sosteniendo una sombrilla con huecos sobre ambos, actuando como si esta les mantuviera protegidos de la lluvia.

Amados, ustedes dan demasiada lealtad a lo que ustedes piensan que alguien piensa de ustedes. Se sostienen a esto como pensar que esto era inviolable. Dejen esta gran pequeña cosa que pase por su mente. ¿Qué ha cambiado realmente? Apenas una idea que han tenido. Ahora una idea ha sido cambiada por otra. Otro ser humano es defectuoso en su evaluación de ustedes. ¿Hay algo más de esto que eso? ¿Cuán estremecedor es este evento? ¿Hay algo más ocurriendo? ¿Están ustedes heridos por la injusticia?

Amados, ustedes no tienen que creer en lo que alguien más dice de ustedes. Qué es toda esta algarabía?

Nadie ha tomado Mi Amor de ustedes. Nadie puede. Nadie lo hará. ¿Cuáles opiniones importan más? ¿Seguramente ustedes no valoran más la opinión de alguien más que la Mía? Ustedes no están haciendo más de su agravio de lo que ustedes son de Mi Amor, ¿verdad? ¿Qué ha pasado? Nada ha pasado. La vida ha pasado. Una ilusión ha sido cambiada por otra. Una ilusión de estima ha sido cambiada en una ilusión de menor estima. ¿Qué tiene esto que ver con ustedes?

Sacúdanselo de encima. Permanezcan con su mente elevada. Elévense por sobre estas pequeñas cosas. No hagan estas pequeñas cosas grandes. Cuanto todo esté dicho y hecho, nada en la vida temporal va a superar su alegría. Seguramente su alegría no depende de lo que alguien pueda pensar de ustedes. Dense a ustedes mismos algo más en que pensar. Dense amor para pensar. No le den importancia a la desilusión. Des-ilusionarse a ustedes mismos de consternarse. Pasen algún tiempo Conmigo. Préstenme atención. Yo elevaré sus espíritus. No tienen que estar disgustados.

¿Qué haría falta ahora para que ustedes permitan que su alegría entre? Lo que sea que alguien más piense de ustedes, ¿cuándo se hicieron ellos responsables de su felicidad o infelicidad? Si yo puedo decir, ustedes son responsables. Solamente ustedes. Ustedes son responsables por hacer algo grande de algo pequeño.

Lo que sea que ha pasado o no ha pasado, todo está bien. Dios está en el Cielo y Dios está sobre la Tierra y ustedes están plenamente en Mi Corazón.