Please read the Guidelines that have been chosen to keep this forum soaring high!

Heavenletter #1941 - ¿En dónde nace el miedo?

DIOS Dijo:

Cuando se dispongan a dormir en la noche, no tienen que pedirme salvaguardar vuestra alma, Amados. Vuestra alma ya está segura. Solo vuestra alma se encuentra totalmente a salvo.

Existe algo contra lo cual sí necesitan asegurarse y no es precisamente la muerte, Amados. Mientras que caminen sobre la Tierra, solo hay una cosa contra la cual deben ponerse en guardia. Solo una cosa de la cual salvaguardarse y es algo que ustedes tienen por millones y recrean una y otra vez. Estoy hablando de sus pensamientos. Yo los eximiría de sus propios pensamientos, de sus confusos, invasivos y amonestadores pensamientos. Sus pensamientos han llegado a ser algo como una especie de pandilleros encapuchados que meten el pié para ponerles la zancadilla.

Todos sus miedos son pensamientos y sus pensamientos de miedo son el peligro contra el cual me gustaría rescatarlos de sí mismos. Algunos de sus pensamientos les hacen bullir y explotar mientras que otros les hacen congelar y quedan congelados. Desde sus pensamientos, ustedes tiemblan y se estremecen. El coco existe. El les insufla pensamientos de temor y pretende que sean amistosos. ¡Qué enorme sombra la que moldea sus medrosos pensamientos! No es de extrañar que sean temerosos. Ustedes son golpeados por pensamientos de miedo. Estos los reducirían hasta la timidez.

Considera tus pensamientos puestos a la orden de un costoso especialista al cual has acudido. Si pensaras correctamente, ¿realmente pagarías un alto precio a un especialista quien te advierte una y otra vez sobre lo cual hay que tener precaución y olvida decirte por cuál camino coger? “No vayas allá”, dice tu asesor mental repetitivo. “Cualquier cosa que hagas, ten cuidado. Ten cuidado aquí. Ten cuidado allá. Ten cuidado en cualquier parte. No des un paso sin que suenen las alarmas”.

Contrata a otro especialista, quien obrando con calma, te conduzca por una ruta diferente. Consulta a un especialista que te diga: “Oye, para de mirar las zarzamoras. No te preocupes de caerte sobre el deslizante hielo. Sólo concéntrate en patinar. No gastes tu vida amarrando los cordones de tus patines. Disfruta el patinar”.

Amados. Cuando ustedes caminan por los campos de la vida, no pongan detectores de minas frente a ustedes para huir de la vida. Los detectores de minas son trampas. Amados, no permitan que “las advertencias giren sobre todo”. Sean su propia canción.

Si van a gastar su vida jugando a los dados, amontonan los dados en contra de sí mismos. Los pensamientos frenéticos invalidan sus vidas. El arte de jugar a los dados les impide apostar a menudo.

Sus pensamientos basados en el miedo les hace rabiar: “Lleva un suéter o podrías resfriarte. No fumes. No llegues temprano. No llegues tarde. Cuidado con los virus. No hables a extraños. Tengas cuidado y, sobre todo, sé cuidadoso”.

¿Cuál es la función de toda prevención sino la de evitar la vida? ¿Qué son las prevenciones sino ideas? Son ideas de causa y efecto. Son conclusiones que tu mente ha llegado a aceptar como hechos. Ustedes han estado girando alrededor de la puerta rotatoria de sus pensamientos. No es de extrañar que sean miedosos. Ustedes han envuelto los miedos alrededor de su cuello como una bufanda. ¿Qué son los miedos sino restricciones que ustedes se han impuesto sobre sí mismos?

Prevé los peligros prestando menos atención a ellos. No preveas el peligro a diestra y siniestra. El sentido del peligro es un dinosaurio. Es un dragón disparando fuego. El peligro no tiene que seguirte todos los días de tu vida.

Puedes sobreponerte a ellos y dejarlos partir. Son las estrellas las que están para protagonizar tu vida, no el peligro. Permite a las estrellas y no a tus miedos ser los imanes que te atraen hacia ellas. Derriba tus miedos. ¿Qué son los miedos sino pensamientos desproporcionados, temibles pensamientos sobredimensionados girando como una tras otra diapositiva proyectadas al mundo ante ti?

Sobreponte a tus temores. Sacúdetelos. Despídelos. Y considéralo.

Traducido por: Gloria Helena Restrepo C.