Déjenme mencionarles otra forma de liberar la tensión. Con una simple palabra, se aclarará gran parte de su confusión. Esta palabra es Gracias, o dos palabras… Gracias, Dios. Les sorprenderá ver que esas cuántas palabras son como un paliativo. Desvanece ceños fruncidos, remueve cargas, borra el descontento excesivo, los devuelve a su lugar legítimo como parte del cosmos.

El pensar Gracias genera agradecimiento. Estas palabras funcionan porque son las indicadas para expresar el sentimiento justo. Díganselas a ustedes en silencio. No las digan mucho. En el mundo muestren su agradecimiento más que decirlo. El decirlo lo hace menos significativo. Después de un tiempo, el decir gracias por ocio pierde su fulgor.
Si, no hay una sola cosa en la que no encuentren algo para alimentar la gratitud. Si, dije que no en una sola cosa, pero sí en todo. En todo hay bendición. Claro que para experimentarlo hay que cambiar su forma de pensar.

Aún cuando lamentan una muerte, hay algo por lo que verdaderamente expresan agradecimiento. Quizá el deceso de su ser amado resaltó en ustedes el profundo amor que retenían en tu corazón. Quizá les alegre el que su ser amado ahora está en el Cielo, que tiene la paz que tanto ansiaba y la cual ustedes también ansían con avidez. Quizá el deceso de su ser amado esté uniendo más a otros en su familia. Por lo menos, la muerte física del ser amado los aleja de lo superficial de la vida, siquiera por un tiempo; ustedes son reales y sin pretensiones y pueden decir:

“Gracias, Dios. Gracias, Dios, por la fortaleza que fue más allá de mi triste corazón y por que de nuevo encontré un lugar para mí bajo el sol. Gracias, Dios, por mi vida ahora. Aún cuando sufro, estoy intacto. Aún cuando sufro, Tú estás aquí. Gracias, Dios, porque te tengo para apoyarme y para que yo encuentre mi equilibrio. Yo te tengo, no como un fantasma, sino como mi Fuente, mi Sustancia y mi Estabilidad en un mundo que me sacude. Tú me das Tu Presencia, me das Tu amor y me das esta vida para vivirla y retornar a Ti. Yo Soy próspero en Tu amor, Dios. Gracias, Dios, por todo esto.”

No existe una sola experiencia que no les traiga bendiciones. Todos los desafíos llevan elementos de aprecio que surgen de ustedes. Es cierto, ustedes no serán los mismos…serán mejores. Habrán conseguido tristeza y ganado experiencia. Ya sea de la forma más dura o la más fácil, ustedes habrán ido a lo más profundo del corazón mientras escalaban los peldaños de la vida.

Ciertamente, amados, ustedes se habrán saltado algunos escalones en el camino. Hasta podrán estar agradecidos por no haber subido esos peldaños o colinas. Como un artista que pinta los espacios más que un objeto, ustedes también pueden pintar su gratitud en la vida por todos los procesos que no se les dieron y de los que no tuvieron que crecer, por los que no tuvieron que pasar. Ustedes pueden reconocer los obstáculos que no tuvieron que sortear. Cualquiera que sea su comienzo, su corazón sostiene el agradecimiento de la gloria de la vida, de la gloria de Dios y de la gloria de aquellos que representan a la vida en su camino hacia los campos Elíseos del Cielo. Y ustedes, sin importar en qué maleza selvática hayan caído transitando su propio camino, siempre han estado al compás con el umbral del Cielo y del Cielo mismo.

Sí, amados, ciertamente pueden estar agradecidos por el lugar en el que hoy se encuentran. Ya sea que en este momento su vida sea próspera o estéril, pueden amar la tierra sobre la cual caminan y pueden amar su fortaleza y pueden amarme a Mí y alegrarse de que YO SOY y ustedes SON.